La hora del planeta

26 Marzo 2011

Por Dr. Wilson Cardona. Fac. Ecología y Recursos Naturales Universidad Andrés Bello

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Todos sabemos que el agua es nuestro manantial de vida, ya que sin ella no cumpliríamos cabalmente con todos nuestros compromisos metabólicos de existencia. El agua es un componente para nada menor de nuestros cuerpos, 65% del total de nuestro peso es agua, siendo para todos vital y necesario consumir entre 2000 a 3000 ml al día, más aún cuando en nuestros procesos fisiológicos y respiratorios eliminamos una buena cantidad de agua por día.

Es éste el primer evento ambiental importante, el Día Mundial del Agua, donde se celebró este día tan especial, en el cual se llamó a la población mundial a tomar conciencia del uso adecuado y control de su despilfarro, cuidar las cuentas de los ríos, lagos y acuíferos en general ya que son fuente de agua para nuestra ingesta, previo tratamiento de ella, para la preservación de la existencia de muchas especies de peces, aves y animales en general, y como fuente de energía, hidroeléctrica, una de las menos, sino la menos, contaminante con la cual contamos actualmente en nuestro país. Esto que me da pie para mencionar el segundo evento ambiental de importancia, la hora del planeta, este sábado 26 de marzo a las 20:30 horas. En esta, la quinta versión, se establece una vez más el interés de muchos millones de personas de combatir abiertamente el calentamiento global, pues se promueve que por una hora se apaguen las luces de las ciudades y no haya consumo de electricidad, lo que contrae la emisión de calor que se genera con el uso de los diferentes aparatos eléctricos que tenemos en nuestros hogares.

Con seguridad participando de este último evento no sólo ganaremos en calidad de vida y en el cuidado del planeta, sino también, si involucramos a nuestra familia, ganaremos en la calidad de la educación de nuestros hijos, en la toma de conciencia ambiental y en la consolidación de un futuro, ambientalmente amigable. Una hora sin electricidad, representa menos calor en la tierra, menos deterioro del planeta, menor valor en la cuenta de electricidad, menor contaminación acústica y lumínica, entre muchos otros beneficios. Tratemos de participar de esta oportunidad de amar el planeta, si no por una hora, al menos por media o por 15 minutos, con seguridad que en la vigésima o trigésima versión ya no colaboraras con 15 minutos sino con una hora o tal vez más, denme la posibilidad de ser optimista.