Taller de danza por psicólogas en Lluta: Cuando el alma baila al ritmo del corazón [FOTOS]

-Hola, ¿cómo vas?, me escriben desde la ciudad de Arica, mientras participo en el Taller de Danza Chacra en el valle de Lluta. /-Bien, feliz con la danza, impagable la experiencia, respondo.

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-¿Y en qué chacra vas? Me preguntan./ -Voy en el tercer chacra, y son siete, le indico, cuando son las dos de la tarde y estamos almorzando unos deliciosos budines de coliflor y zapallo italiano.

-Ah, entonces vas a salir de ahí como a las 10 de la noche, me escriben y lanzo una carcajada, por la que tuve que comentarles a mis compañeras lo sucedido.

Ésta fue la anécdota del día sábado en que decidí ir al taller dictado por las psicólogas Ximena Orellana y Marcela Castro, por alrededor de 10 horas en una parcela del kilómetro 12 del valle de Lluta. 

RAZONES

Con las vidas estresadas, culposas, con vacíos y dolor por los nudos que nos atan al pasado no resuelto. Por ese caminar renqueante, por esos saludos fríos y temerosos por mostrar lo que somos. Por las múltiples funciones de mujer, mamá, profesional, trabajadora puertas adentro, que nos impiden ser felices a veces. 

Por las injusticias laborales, donde se abusa de las mujeres, que somos las que debemos resistir los embates, a veces de una jefa, porque tenemos que parar la olla si tenemos una familia monoparental. Por ese amor insano al que nos aferramos, sin darnos cuenta que vamos directo a la infelicidad.

Por tantas razones, en las cuales a veces nos encontramos, decidí que tenía que detenerme, que era hora de formatear, de dar curso a una nueva mirada, más linda y complaciente, más sana y sin culpa.

TALLER

Llegamos al kilómetro 12 del valle de Lluta y nos esperaba un delicioso desayuno con frutas naturales y varias mujeres, cada una buscando un momento de plenitud, fuimos guiadas por quienes van adelantadas en este caminar de sanación.

Iniciamos el taller de Danza Chacra con Marcela Castro, una maestra maravillosa, que solo con la voz calmó la ansiedad de nosotras, el público. Después de cada chacra dimos curso a una danza distinta, a cargo de Ximena Orellana -de espíritu floreciente- la primera de ritmos tamboriles, donde el cuerpo tímidamente inició el movimiento, conectando la mente, cuerpo y espíritu. Poco a poco, a medida que fuimos trabajando los siete chacras, pude percibir –y mis compañeras también- la liberación energética que reequilibra.

Esta particular experiencia está enmarcada en los talleres dictados por Casa Mantra, un espacio de aprendizaje que ofrece un encuentro personal con el yo interno en un camino de sanación y evolución. Justo lo que necesitaba después de una prolongada pandemia y experiencias que me hicieron por un momento tocar el infierno, pero con la facilidad de salir a flote más que rápido.

Éste reencuentro con el yo interior, nos ayuda a entender cómo podemos despojarnos de todos los malestares que el cuerpo empieza a manifestar y las heridas internas que todos tenemos.

Mi cuerpo etéreo navegó en la danza durante horas, aflorando energías y emociones, reconectando naturalmente con el bello ser humano que soy, desde el chacra raíz al chacra corona.

Cada una vivió lo suyo, por mi parte continúo danzando al corazón, manifestando mi ser reencontrado en nueva vibración sanadora.

(Para quienes deseen vivir una experiencia sanadora desde el alma, una nueva versión de la Danza Chacra se efectuará en el mes de mayo para hombres y mujeres. Consultas en el FB: Espacio Mágico de Estudio Casa Mantra).

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