[Opinión] Las comunidades y la ecología: La sana y armónica relación de la sociedad con su entorno

14 Mayo 2018

En todas las regiones de Chile encontramos serios problemas ambientales y de grandes proporciones, ante una ciudadanía inquieta por la degradación del medioambiente y lo que significa para el deterioro de su calidad de vida. 

Andrés Gillmore... >
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El deterioro del medio ambiente no es un problema reciente, ni una moda pasajera como los intereses del mundo empresarial han querido hacernos creer todos estos años. Es un hecho de la causa que las empresas transnacionales han abusado de la territorialidad ambiental de las regiones en nuestro querido y amado Chile, en actividades de extracción de los recursos naturales, sin importarles la proyección de desarrollo de las comunidades. La problemática ambiental se ha transformado en el último tiempo en un tema redundante y de difícil solución.

En el año 2011 la batalla en contra de HidroAysén movilizó a todo Chile y tuvo la capacidad de reconocer por primera vez el mal manejo ambiental que ocurría en las regiones y que se estaba afectando la proyección del país. Se entendió a nivel ciudadano que el tema ambiental es un problema que nos afecta a todos por igual y se transformó en el gran aliciente para enfrentar una problemática trascendental de solucionar para el desarrollo del país.

A pesar de todo y de todos, la desconección de los gobiernos por el tema ambiental continúa complicado. Ha habido avances, es innegable, pero aún no es lo que debería ser. Diversas organizaciones sociales, de distintos orígenes en el mundo regional, han desarrollado estrategias de defensa del mundo rural, existiendo varios ejemplos de ello. En Magallanes por el tema del Carbón que se extrae en Isla Riesco y por la irrupción de las salmoneras en los Parques Nacionales; en Aysén por las represas que pretendio en su momento HidroAysén; en la región de Los Ríos por salvar los territorios de las grandes forestales; en el Maule por salvar el río Achibueno de ser intervenido por una represa; en la Región Metropolitana por el tema de Alto Maipo; en Coquimbo por el tema de Mina Dominga en Higuerillas; en Chiloé por la marea roja que producen las salmoneras; en Antofagasta por la contaminación de las mineras y sus contaminantes pozos de relaves.

En todas las regiones de Chile encontramos serios problemas ambientales y de grandes proporciones, ante una ciudadanía inquieta por la degradación del medioambiente y lo que significa para el deterioro de su calidad de vida. Se trata de una problemática que no ha sido reconocida por las autoridades de los gobiernos de turno como corresponde y que, con el tiempo, terminan menospreciando las alteraciones que producen en el desarrollo normal de las comunidades regionales. Se crea un vacío político-institucional que debe llenarse con una mejor fiscalización y con políticas públicas orientadas a resolver las complicadas problemáticas que surgen, si de verdad queremos solucionar la sustentabilidad social, económica y productiva del Chile de todos.

Las esperanza del Chile del futuro está en que las nuevas generaciones tengan la capacidad de marcar una diferencia reconocible en la manera de enfrentar el tema ambiental que, aunque es una realidad que reconocemos fácilmente y tenemos conciencia de ello, desarrollar soluciones de forma y fondo, hace que toda posible solución se vea complicada ante los diferentes intereses creados. Todo, por una generación que gobierna con visiones del pasado en el mundo del futuro.

La ecología es fundamental para cualquier modelo de desarrollo y todo lo que se diga en contra de este paradigma moderno, es intriga ideológica de los intereses creados del mundo empresarial, que toman la territorialidad como un bien transable en el mercado. Todo modelo sustentable, debe actuar en armonía con los intereses de las comunidades en donde está inserto. La ecología es en sí misma una disciplina científica sujeta a un método y un protocolo de trabajo como sucede en la física, la química y la medicina y es la complementación natural para proyectar sustentabilidad en la sociedad, que considera las ventajas comparativas en su beneficio y debería ser la base de sustentación de cualquier modelo de desarrollo en pleno siglo XXI.

Como disciplina se le atribuye a Ernest Haeckel, autor de la "Historia de la creación natural" (1869) el inicio de la Ecología científica, integrando a la Biología celular para estudiar la relación de los seres vivos entre sí y con su entorno. Desde ese momento, la ecología experimentó un gran impulso, ante la necesidad de reconocer los ecosistemas como la base fundamental que debe tener todo modelo de desarrollo productivo y como base para la supervivencia de las sociedades modernas.

La sana y armónica relación de la sociedad con su entorno, es a lo que debe aspirar un país como Chile, dada sus ventajas comparativas y su denominación de origen. Lo anterior, entendiendo que el calentamiento global y el cambio climático, es una variable de importancia vital que debe comprender soluciones de acuerdo con las necesidades reales de la población.

El modelo ecologista plantea una sociedad responsable ante su entorno, involucrando a los proyectos productivos con disciplinas como la salud, el medio ambiente, la sanidad ambiental, la higiene alimentaria y la epidemiología, integradas en las evaluaciones estratégicas en las políticas gubernamentales en materias sociales y productivas, cuando está comprometido el medio ambiente y la proyección de futuro de las comunidades.

Imagen: ElObservatodo.cl