La unidad estratégica de Argentina, Chile y Perú para la conquista de su libertad e independencia (2da parte)

18 Septiembre 2018

La Guerra de Intermedios y la participación de Arica y Tacna en la Libertad de América.

Hermann Mondaca... >
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Las huellas de Miller y los hombres del Cuarto de Línea en Arica, Tacna, Moquegua y Torata.

En 1821, Lima, corazón del virreinato, se encontraba asediado entre Bermúdez por el sur, la sierra alzada por Arenales por el Este, la escuadra de Cochrane por el Oeste y el Ejército Libertador por el Norte y comisiona al Teniente Coronel Miller, con una fuerza de 580 hombres que opere entre Arica y Arequipa, la zona se denominará Intermedios. Una coraza humana sofocaba los pulmones del Virreinato. El próximo relato sintético, se centra en la Campaña de los pueblos Intermedios o Campaña de Intermedios, encabezaba por el Teniente Coronel Miller al mando del Cuarto de Línea o Batallón Nº 4 de Chile, hoy Regimiento Rancagua de Arica.

El 6 de mayo la nave “San Martín” con Miller y el Cuarto de Línea se encontraban a solo 25 millas de Arica con la orden de tomarse este puerto.

Ese mismo día la nave "San Martín" anclaba en el puerto de Arica, fuera del alcance de los cañones del fuerte y Miller enviaba intimidación de rendición al gobernador, el que la recibió con desprecio. Todas las fuerzas de la plaza estaban bajo las órdenes del coronel Gago, Gobernador de Arica. Este contaba con una guarnición compuesta por cuatrocientos hombres del Regimiento de Dragones de Arica y estaba defendido por un fuerte ubicado en la única parte de la bahía que ofrecía condiciones para un desembarco y que contaba con una batería de seis cañones de corto alcance.

Después de intentar desembarcar en la playa La Chacota (actual playa La Lisera), y en el sector donde hoy está el balneario El Laucho, e impedidos por el mal tiempo. Miller desiste de desembarcar en Arica y enfila rumbo al morro de Sama. Donde desembarcará y se dirigirá a Tacna.

Tacna recibe a los libertadores

El Teniente Coronel Miller entró a la ciudad solamente con unos diez o doce soldados, confiado en que la mayoría de la población le respaldaría, pues hacía pocos años atrás, en 1811, la mayoría de los habitantes de Tacna se habían sublevado contra las tropas reales, teniendo como jefe al balanzario de la Callana, anexa a aquellas Cajas Reales, don Francisco Antonio Zela. El Teniente Coronel Miller no se equivocó, pues fue recibido con el mayor entusiasmo por el clero, el Ayuntamiento y también por los habitantes que salieron a recibirlo fuera de la Villa.

El Mayor Soler que se encontraba en el morro de Sama con otro grueso de las tropas del Cuarto de Línea, se dirigirá con el destacamento hacia Arica por la costa, con el fin de asaltar a las tropas realistas y tomarse la plaza.

El Regimiento realista Dragones de Arica, es derrotado por el Cuarto de Línea.

La guarnición militar española al tener la noticia de su proximidad, intentó abandonar la plaza de Arica. El Mayor Soler con las fuerzas patriotas saldrán en persecución de las tropas realistas del Regimiento Dragones de Arica. Las fuerzas independentistas del Cuarto de Línea, alcanzarán a las tropas realistas y las enfrentan derrotándolas a la entrada del valle de Azapa, con la rendición de los realistas toman a cien prisioneros, con cuatro oficiales españoles, pertenecientes al Regimiento Dragones de Arica.

El mayor Soler izó la bandera en el fuerte de Arica. Era la primera vez que la insignia del Ejército Libertador con sus tres estrellas emancipadoras, recibirá el viento fresco de la brisa ariqueña.

La primera medida tomada por el Mayor Soler en Arica fue enviar un destacamento en persecución de un emisario que había salido hacia el norte, llevándose los dineros de las cajas de la Aduana de la ciudad de San Marcos de Arica. Éste fue apresado cerca de Locumba. Soler incautó mercaderías por trescientos mil pesos, más cuatro mil duros que encontró pertenecientes a las cajas de la aduana y unos trescientos mil además en mercaderías de propiedad española. Todos los bienes fueron enviados a bordo del navío "San Martín" y después de tomar todas las medidas del caso, Soler salió en dirección a Tacna con los cien prisioneros y los cuatro oficiales, Estos ruegan a Miller unirse a sus tropas patriotas para ir en defensa de la libertad. Miller acepta y todos fueron admitidos al servicio de la causa patriota.

Las batallas Mirave, Locumba, Moquegua y Torata

El objetivo de la acción de Miller como infante de marina tendría la misión de dar golpes sobre el enemigo, ganar distintas batallas, fomentar el espíritu independentista, distraer tropas realistas, armar a guerrillas, montoneras y patriotas por la causa libertaria y esparcir de esta forma las ideas revolucionarias, y para esto contaba con la movilidad que le daba el control total del Pacífico por la Escuadra chilena.

En esa dirección inicia la persecución de las tropas realistas.

La aurora del 22 de mayo descubrió a las tropas combatientes del uno y el otro bando una frente a la otra y a prácticamente a dos tiros de fusil de distancia, en una especie de ladera de una milla de ancho. Miller dispuso inmediatamente el ataque. La celeridad con que lo efectuaron, impidió reaccionar a los realistas y desplegar sus refuerzos que tenían a su izquierda. . Fueron 96 soldados realistas los que murieron en la posición que ocupaban y 156 fueron hechos prisioneros, la mayor parte de ellos se encontraban heridos. También se rescataron 400 mulas; sólo escaparon 60 infantes y 80 caballos. Así el resto de los realistas huyeron en desbande.

Esta acción ocurrida el 22 de mayo de 1821, donde Miller al mando del Cuarto de Línea derrota a las tropas realistas de La Hera, significó que el General San Martín le otorgará el título honorífico de “Los Bravos de Mirave”, llenando de gloria al Cuarto de Línea.

Entre mayo y julio de 1821, las tropas al mando de Miller, desarrollarán distintas batallas en los pueblos de Locumba, Moquegua y Torata, donde con éxito lograr sendas derrotas de los realistas. Todo aquello hace reaccionar a los realistas, quienes volviendo a reagruparse y dirigiendo tropas que venían a Lima desde Alto Perú, salen en persecución de Miller.

Las tropas de Miller, aseguraban a los indígenas originarios que ni el tributo, ni ningún otro impuesto se exigiría de ellos y que los patriotas, hermanos suyos de armas, venían para liberarlos de la tiranía y opresión. Siguiendo estrictamente las instrucciones de San Martín respecto al trato de la población.

Estas seguridades y la conducta observada con ellos, produjo un sentimiento extraordinario de patriotismo y entusiasmo en aquellos ultrajados y ofendidos indígenas originarios.

Miller había logrado diezmar a más de 1.000 soldados realistas y obtenido diversos triunfos en los pueblos Intermedios, su acción concentraría una gran cantidad de tropas realistas y evitaría que estas se fueran en refuerzo de Lima. Al no tener los refuerzos solicitados para emprender una acción frontal contra las tropas realistas, toma la decisión de reembarcar sus tropas. Su misión estaba cumplida.

Concentrado en Tacna, la noche del 19 de julio, Miller hizo marchar su infantería desde Tacna, en dirección a Arica, con el fin de embarcar sus tropas en la bahía de Arica.

A las dos de la tarde del 20 de julio Miller con la caballería, partió al encuentro de su infantería que ya atravesaba el desierto entre Tacna y Arica. Los habitantes de Tacna despidieron vivamente la salida de los patriotas y continuaron sus bondadosos oficios hasta el último momento; y no hubo soldado que no diera, al menos veinte veces la mano a sus conocidos, por el camino hacia Arica.

Tres horas después entraron las tropas del ejército realista a Tacna, las tropas españolas llegaron con un ejército de 1.400 soldados.

La opinión generalizada que existía entre los habitantes de Tacna y Arica, era que Miller se batiría con las tropas realistas y él supo conservar esta necesaria ilusión tan íntegramente, que ni su segundo al mando llegó a enterarse de su intención verdadera de embarcarse.

Después de una penosísima marcha de cincuenta kilómetros en trece horas, a través del ardiente desierto, la división patriota llegó a Chacalluta y acampó a orillas del arroyo del río Lluta.

Convencido el coronel La Hera que el teniente coronel Miller iba a hacer una fuerte y dura resistencia, hizo alto veinticuatro horas en Tacna con el objeto que sus tropas descansaran y estuvieran repuestas para el combate. Este retardo dio tiempo a los patriotas para asegurar los medios de retirarse por mar. Sin embargo, habían tomado disposiciones secretas para retirarse a las serranías en el caso que no pudieran verificar el embarque, puesto que las esperanzas que los patriotas tenían para realizarlo, se fundaban únicamente en la existencia casual de cuatro buques mercantes en la bahía de Arica, de los cuales esperaban apropiarse por las buenas o por la fuerza.

La buena conducta de los oficiales y tropa del ejército patriota, produjo a un tiempo un cambio completo del mal efecto que ocasionó cuando desembarcaron la primera vez, a pesar de lo desventajoso de las circunstancias en que volvían a Arica. Los habitantes de Arica habían salido a recibirlos con muestras de estimación y le ayudaron eficazmente a su embarque. Enviaron mil panes y proporcionaron una cantidad correspondiente de carne fresca y algunos de los que eran más adictos a la causa del rey, incluso enviaron café y chocolate.

Durante la noche el Teniente Coronel Miller metido en el agua hasta las rodillas, dirigía la difícil operación de embarque de las tropas. Sólo tres o cuatro hombres podían trasladarse a la vez sobre cada balsa que eran tiradas por las lanchas, las cuales no podían aproximarse a la costa con seguridad a menos de veinte o treinta brazas. A las cinco de la tarde del 21 de julio, se tuvo noticias que el ejército realista había llegado a solo veinte kilómetros de distancia.

Finalmente la última lancha embarcó con los patriotas, salió pocos minutos antes que los realistas se presentaran con su ejército en la costa de Arica.

Finalmente, el Teniente Coronel Miller envió un bote a tierra con un parlamentario para reclamar que tratase bien a los enfermos que quedaban en el hospital de Tacna. El coronel La Hera, después de exigir la buena conducta y disciplina de las tropas patriotas aseguró "que los pocos soldados que quedaban en Tacna serían atendidos con preferencia a los suyos".

Miller partiría de Arica con sus tropas en dirección a Pararcas, era el 22 de julio de 1821, y de ahí iría desbaratar un destacamento realista en Pisco. En solo seis días más sería proclamada en Lima, la Independencia del Perú.

La Independencia del Perú

El día 28 de julio de 1821, se proclamó la Independencia del Perú. El General José Francisco de San Martín, desde una tarima de la Plaza Mayor de Lima, exclamó:

"El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad de los pueblos y de la justicia de su causa que Dios defiende" Levantando la bandera peruana roja y blanca y aclamado por la multitud.  

El día 4 de agosto de 1821, a pedido del Cabildo de Lima, que ratifica la Independencia y por las sugerencias de la Logia Lautaro, el General San Martín acepta ser nombrado Protector del Perú,1 y encabezará el gobierno. Al peruano Unanue, lo nombra Ministro de Hacienda, a García del Río, Ministro de Relaciones Exteriores. A Monteagudo Ministro de Guerra y Marina. A Gregorio de Las Heras, Comandante del Ejército al que se agregaron nuevos regimientos con la nueva bandera peruana. Al frente de la Infantería, nombra a Miller y al mando de la caballería a Brandzen.

Proclamación de la Independencia del Perú.

Hubo reformas políticas que fueron muy relevantes: se abolió el servicio personal de los indígenas, las encomiendas, los repartimientos y las mitas. Se declaró la libertad de vientres y se emancipó a los esclavos que tomaran las armas por la independencia, se abolieron los azotes en las escuelas, se fundó la biblioteca nacional, se estableció la libertad de imprenta y se abolió la censura previa. Se eliminaron los tormentos. Se suprimió el Tribunal de la Inquisición.

El General José Francisco de San Martín, cumpliendo lo expresado en la carta a O´Higgins, entregará el poder al Congreso Constituyente que designará Presidente al general José de la Riva Agüero en septiembre de 1822.

Regresa a Chile enfermo, y vivirá humildemente en la casa de su amigo O´Higgins. Deberá resistir las críticas de la naciente clase política chilena y de parte del Congreso, como del General Ramón Freire y Serrano que venía de enfrentar a los españoles en sur de Chile. Las críticas del Senado, de los carrerinos que esperaban su oportunidad y del propio Freire se orientarán directamente hacia Bernardo O´Higgins creándose un clima de efervescencia en diversas provincias. Con el objeto de evitar derramamientos de sangre en una guerra civil, O´Higgins abdicará el 28 de enero de 1823. Asumirá el poder el General Freire que gobernará Chile entre 1823 y 1826. Bernardo O´Higgins Riquelme que alcanzará en vida los grados de Capitán General del Ejército de Chile, Brigadier General de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Argentina, y Gran Mariscal del Perú, partirá al exilio llegando al puerto de Callao el 28 de julio de 1823, coincidentemente con el segundo aniversario de la proclamación de Independencia del Perú, en compañía de su madre, su hermana y su hijo Demetrio, fruto de su relación con Rosario Puga, sin ningún bien ni fortuna, excepto su propia gloria y grandeza. El gobierno del Perú le obsequiará las haciendas Montalbán y Cuiba, las cuales le permitirán subsistir del trabajo agrícola.2 Recién en 1842, el Presidente Manuel Bulnes Prieto, que gobernará Chile entre 1841 y 1851, le autorizó retornar a su país natal. Sin embargo, en los preparativos de retorno terminará sus últimos días en Perú, falleciendo en Lima, el 24 de octubre de 1842, dedicando sus últimos recuerdos a su Patria querida por la que había derramado su sangre en los campos de batalla y a la que amara sobre todas las cosas.

Por su parte en 1823, el General San Martín partirá a Mendoza y al poco tiempo sufrirá uno de los dolores más grandes con la muerte de su joven esposa Remedios de Escalada3. Llega a Buenos Aires en noviembre de 1823, donde recibirá al igual que su íntimo y leal amigo O´Higgins, la mayor incomprensión de sus compatriotas. Posteriormente se marchará a Europa para morir en Boulogne-Sur-Mer, Francia en agosto de 1850, en los brazos de su hija Mercedes.

Referencia: Mondaca Raiteri, Hermann “El Cuarto de Línea: Gesta por la Independencia del Perú y la Libertad de América”, Libro 7 de la Colección Literaria “Arica y Parinacota, Tierra Milenaria en el Corazón de América”, 2017.

(1) Catorce días después San Martín le envía una Carta a O´Higgins que dice: “Los amigos me han obligado terminantemente a encargarme de este Gobierno, he tenido que hacer el sacrificio, pues conozco que, al no hacerlo así, el país, se envolvería en anarquía. Espero que mi permanencia no pasará de un año. Pues usted que conoce mis sentimientos sabe que no son mis deseos otros que el de vivir tranquilo y retirarme a mi casa a descansar”. Consecuente con su promesa el Protector del Perú instaló el Primer Congreso Constituyente del Perú el 20 de septiembre de 1822 y dejó el poder para regresar a Valparaíso a fines de ese año donde fue acogido en la casa de su fiel amigo O'Higgins.

(2) Como un dato curioso propio de la pequeñez humana la nave de guerra española Maria Isabel, que fuera rescatada por Blanco Encalada para la Escuadra chilena en 1818 y fuera re bautizada llamándose O´Higgins, volverá en 1823 a llamarse Maria Isabel.

(3) Remedios de Escalada se casó con el General San Martín el 12 de noviembre de 1812, en una ceremonia privada en la Catedral de Buenos Aires. Falleció el 3 de agosto de 1823 en Buenos Aires, a la edad de 26 años.

Ver también:

La unidad estratégica de Argentina, Chile y Perú para la conquista de su libertad e independencia (1ra parte)

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