Bajo control plaga de jerjeles en el Valle de Lluta

19 Mayo 2018
Desde que este trabajo con bioplaguicidas comenzó, la población de estos insectos ha disminuido en un 98%
Jennifer Fuentes >
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Hace unos 6 años ir al atractivo Valle de Lluta, era sinónimo seguro de un retorno a Arica con decenas de picadas de jerjeles y sus molestas consecuencias. Esto no solo afectaba la calidad de vida de quienes habitan en el sector, sino también al turismo y las actividades agrícolas del valle, dada la dificultad de contratar mano de obra que estuviese dispuesta a trabajar en medio de verdaderas “nubes” de jerjeles.

Actualmente el panorama es completamente distinto, dado que desde el año 2014 el Gobierno Regional de Arica y Parinacota financia el programa “Control de Simúlidos Hematófagos en la Provincia de Arica”, el cual es ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y que ha logrado reducir la presencia de este mosquito en un 98% en el Valle de Lluta, tal como comprobó el Seremi de Agricultura de Arica y Parinacota; Jorge Heiden, quien fue a terreno junto al equipo de INIA URURI a ver cómo se desarrolla este trabajo.

En el propio lecho del río Lluta, el Seremi Heiden comentó que el objetivo de este proyecto, que es contribuir al mejoramiento de las condiciones ambientales para el desarrollo de las actividades agroproductivas de los valles de Azapa, Lluta, Camarones, Caleta Vitor y Chaca, está ampliamente logrado, lo cual queda demostrado con cifras tan potentes como la comparación que se puede hacer entre la cantidad de larvas que se encontraban bajo una piedra mediana en abril de 2014, que eran 836 a 30, que se pueden encontrar hoy.

Trabajo a lo largo de todo el valle

Cuando este trabajo comenzó, en abril de 2014, profesionales de INIA URURI determinaron que los focos de generación de los jerjeles estaban principalmente en los valles de Lluta y Camarones, identificando además las especies presentes en las zonas afectadas. De esa manera, se buscó implementar un manejo integrado para su control, que fuese sostenible en el tiempo y que estuviera determinado por su efectividad y el grado de satisfacción de los beneficiarios.

La respuesta fue el uso de un bioplagauicida producido por una bacteria entomopatógena Bacillus thuringiensis var. Israelensis, específica para este grupo de insectos, que permitió establecer un sistema de control absolutamente amigable con el medio ambiente que no utiliza ningún tipo de plaguicida convencional y que, hoy por hoy se aplica en 60 puntos, a lo largo de todo el valle.

Pablo Marín, técnico agrícola de INIA URURI y encargado de este proyecto, explica que también es muy importante el trabajo con la comunidad, con quien se realiza difusión. “Trabajamos con la comunidad que vive en el valle, alumnos del Liceo Agrícola Padre Francisco Napolitano del Valle de Lluta y juntas de vecinos, porque es fundamental que los dueños de parcelas por donde pasan canales, drenes, bocatomas y vertientes, realicen limpieza de las malezas a lo menos dos veces al año, de manera de evitar focos de crianza”.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Gremial de Agricultores del valle de Lluta, Liliana Trigo, indica que éste era un problema histórico en el valle “las fumigaciones que se hacían con anterioridad mataban también a las lisas de río, camarones y libélula, lo cual ya no ocurre y, por otro lado, el turismo ha aumentado y la mano de obra agrícola ya no nos cobra tan caro, porque trabajan en condiciones mucho más cómodas y seguras”.