[SPOILERS] Una experiencia con "The Joker"

15 Octubre 2019

La película me llenó de arte, de crítica social, de tremenda actuación, de excelente fotografía… en fin… no sé a qué hora podré dormir...

Patricio Barrio... >
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El tener hartos años tiene sus ventajas: por ejemplo, que te inviten al cine, que no pagues, que te compren bebida, palomitas, que seas primerizo (fue mi primera vez en el CineMark del mall) y, más encima, en buena compañía.

Fui un poco a regañadientes, pero fui. Y me alegro mucho haber ido. Porque -como dice Rubén Blades- “sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas…Tremenda película. Llegué a mi casa y se me espantó el sueño: la película me llenó de arte, de crítica social, de tremenda actuación, de excelente fotografía… en fin… no sé a qué hora podré dormir con lo llenito que estoy… ahora tengo ganas de escribir, de pintar, de actuar, de bailar… de vivir.

Desde cabro chico me acostumbré a que las obras de arte no se explican. Aprendí que la obra y el artista no necesitan “explicantes” de aquello que el espectador, lector u “oídor” no alcanzó a captar/entender.

No me gusta leer crítica de artes y menos, obviamente, escribirla. Porque creo, además, que una obra no está finalizada cuando el creador o creadora lo dice. El o la artista cierra su capítulo de inspiración, de creación, de técnica, de contextualización… y comienza la otra etapa de inspiración, de creación, de contextualización: de quienes la leen, la ven, la escuchan… cada vez que una obra es expuesta vuelve a ser recreada miles de veces… escrita, pintada, esculpida, escuchada, danzada, actuada. El artista o la artista vive intensamente -quizás sin racionalizarlo- el verdadero sentido de lo humano: sólo se existe en el otro, en la otra, en los otros, en las otras.

Los guionistas del “Guasón”, (qué importante es el guión en una película, en una obra de teatro), deben haberse empapado de la cruda y cruenta realidad del sistema de salud y de protección social estadounidenses, de las clases políticas que, cada vez más, se van uniformando en el mundo entero, de la invisibilización de la pobreza, de la arrogancia del poder, del desprecio a las postergados, a las diferencias… ¿o ustedes creían que los niños enfermos de cáncer en Estados Unidos, los niños pobres, son atendidos en habitaciones individuales y con muchos profesionales y técnicos preocupados de su atención como nos muestran las series televisivas con las que nos bombardean los operadores de cable? En esa realidad los guionistas contextualizan su obra. Entonces, una obra de arte refleja, de una u otra manera y en primer lugar, la realidad del creador… y en esa realidad Todd Phillips, como director, crea y recrea la historia de su “guasón” (bromista, burlón, según la RAE), que hace broma y se burla de su propia tragedia humana, afirmando que su vida es una comedia.

No es una película “política”. El protagonista no asume rol alguno frente a la convulsionada sociedad estadounidense. Pero sí (como todos) es un producto más de las relaciones de poder en la sociedad.

El premiado director de “Guasón” se vale de una excelente fotografía (emulando los primeros planos italianos) que pretende ir más allá de lo que el ojo de la cámara puede mostrar: el yo interno, la energía que mueve a las personas. La cercanía permite al espectador protagonizar la trama.

De vez en cuando y de cuando en vez es bueno desnudarse para reconocerse… la ropa -la nuestra y la de los demás- nos sigue engañando…

¿De qué se ríe el Guasón? La respuesta será, sin lugar a dudas, como la que el protagonista le da a la siquiatra: “No lo entenderías”.

No es malo llegar a viejo. La vida te regala y, también, te sigue dando sorpresas… ¡bienvenidas!

Imagen: Flickr CC antdude3001

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