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Lucio de las estrellas: El increíble rapto alienígena de un alumno en Putre

31 Mayo 2018

Dentro de toda su romántica tranquilidad de la playa a la montaña, en nuestra región de Arica y Parinacota se esconden cientos de secretos y relatos increíbles que regularmente se pierden en el tiempo.

Carlos Carvajal >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano
La leyenda del increíble rapto alienígena de un alumno en Putre

Si eres un millenial como yo, ésta es de las típicas historias que puedes comentar con tu abuelo o abuela, sobre todo si son como los míos, que vienen del altiplano de Arica y Parinacota.

Ya les he comentado mi visión personal sobre la región: pienso que dentro de toda su romántica tranquilidad de la playa a la montaña, se esconden cientos de secretos y relatos increíbles que regularmente se pierden en el tiempo.

El siguiente relato parte en la pequeña escuela internado de Putre en la década de los 70's, un lugar donde los niños como mi madre en esa época se acercaban al conocimiento por medio del estudio. Allí un estudiante boliviano de 14 años, llamado Lucio Q., sería partícipe de una historia digna de película de ciencia ficción o una novela de terror.

La noche del 27 de Junio de 1974, Lucio fue seleccionado dentro de sus compañeros como encargado para cuidar la televisión de la escuela, por su responsabilidad y desempeño en el aula de clases. Posteriormente se fue a dormir a las 9 de la noche como habitualmente lo hacía, para luego ser sorprendido a las 3 AM por un fuerte ruido que lo obliga a levantarse e ir a la sala de la televisión.

En ese momento Lucio se encuentra con un “hombre” alto, de cabello blanco, traje brillante y brazalete con luces que terminaban en guantes negros con largos dedos, además de portar un gran cinturón con rombos y esferas metálicas que emitían ruidos y luminosidad. Este extraño ser mostraba un gran interés por las cortinas de la escuela, estando a escasos centímetros cara a cara de la tela y al sentir la presencia de Lucio que había llegado preocupado pensando en que se podían robar la televisión, le dice: “Podría entregarte algo más valioso del universo por esto que llaman cortinas”. Ante el miedo y la sorpresa, Lucio decide que llamaría al profesor encargado, a lo que el humanoide sacó de su cinturón una de las luces, dejando al niño en un una especie de transe que lo llevó a perder el conocimiento. Al despertar, el “hombre” se había ido y Lucio logra volver a la cama a duras penas ante la fuerte emoción.

La sorpresa fue también para sus compañeros y profesores, quienes a la mañana siguiente vieron como Lucio yacía pálido, frío e inmóvil sobre su cama. Según el relato de un carabinero que auxilió de urgencia, Lucio probablemente tenía un cuadro muy grave de gripe, por lo que lo dejaron en observación cuidadosa hasta el medio día. Lucio despertó e intentó volver a la realidad poco a poco, pero para eso de las 3 de la tarde, y ante los ojos de compañeros y profesores, Lucio se pone de pie, se sube a una de los camarotes del internado y se lanza volando hacia una de las ventanas que daba hacia un patio. En shock, todos van corriendo a socorrer su caída, sólo para darse cuenta de que ya no estaba del otro lado. No había ninguna huella, ninguna marca, Lucio había desaparecido ante sus ojos.

Luego de horas de avisar la desaparición misteriosa de un alumno en el internado, con ayuda policiaca, militar y ciudadana para peinar la zona, a las 9 de la noche es encontrado por uno de los compañeros de Lucio en un corral cercano. El testimonio de su compañero que lo encontró es impactante: vio como era acompañado de 2 “hombres” de cabello blanco (que coincidían con el posterior relato sobre la apariencia de estos seres), quienes al verlo, soltaron a Lucio inconsciente y se fueron volando.

 

El volcán y las huellas sin explicación

 

El testimonio médico fue claro: la ropa de Lucio tenía arcilla gris, un elemento típico en la tierra cercana a un volcán (el más cercano a Putre está a 50 kilómetros) y pequeñas e inexplicables heridas en forma de triangulo en la yema de sus dedos. El joven, después de varios días sin hablar, entregó su testimonio. Lucio contó que al salir volando por la ventana, 2 seres pequeños lo tomaron y llevaron volando al volcán Taapacá, donde se encontraba una gigantesca nave, a la cual ingresó para darse cuenta de que se encontraba llena de estos seres que le repetían que no tuviera miedo, que pronto volverían. Todo, hablando español mientras le mostraban una enceguecedora luz que le hizo perder el conocimiento, no recordando nada hasta el momento en que lo encontraron.

Para sumarle más misterio al asunto, al tiempo después se realizó una expedición siguiendo las instrucciones del joven boliviano y precisamente en el volcán se encontraron huellas que correspondían a él y 2 extraños agujeros en la tierra. Lucio había estado ahí, pero no había ningún rastro de cómo llegó a esa altura ni cómo se fue de ese lugar. Es una situación simplemente inexplicable hasta el día de hoy.

Este relato es históricamente reciente y fue construido en base a varios testimonios de personas que vivieron en Putre en esa época. Mi tía fue compañera de Lucio y, posteriormente, le perdió el rastro. Algunos dicen que volvió a Bolivia junto a su hermano que también fue testigo de este "rapto alienígena". Por esto, si tienen la oportunidad de hablar con alguien que haya asistido a la escuela internado de Putre en los 70's y sabe de Lucio de las estrellas, no duden en generar más conocimiento y tóquenle el tema para que éste no se difumine en la calma regional.

PD: No estoy seguro si soy millenial.

[Mira también: El mítico caso del dinosaurio tridimensional en Arica]

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